martes, 28 de junio de 2016

MEDIDAS PREVENTIVAS PARA MINIMIZAR LOS EFECTOS DEL ESTRÉS EN LA CALIDAD DE VIDA DE LOS ESTUDIANTES


     El estrés no sólo afecta la calidad de vida, sino que es el detonante de muchas enfermedades.
     El estrés es una respuesta del cuerpo al cambio, es algo muy individual.      Una situación puede ser para una persona  muy estresante, para otra es indiferente. Por ejemplo, alguien puede sentirse muy tenso mientras maneja; para otro, manejar es una forma de disfrutar y relajarse. Algo que le causa temor a una persona, como escalar una montaña, puede ser muy divertido para otra.
La vida sin estrés puede parecer aburrida; la clave es manejar el estrés en forma apropiada,  las respuestas inadecuadas pueden generar problemas de salud.
     Es importante que cada persona sepa reconocer que es responsable del manejo de su propio Stress, este es producto de la forma en que él o ella piensan. Aprender  a monitorear sus niveles de stress, y subirlos si es necesario para estar más alerta ò bajarlos sí usted se está sintiendo muy tenso.
      Manejando su Stress efectivamente se podrá mejorar significativamente su calidad de vida.

Prevención del estrés 



 Para poder prevenir y afrontar el estrés de manera óptima, el primer requisito es que la persona se fortalezca física y psicológicamente, de manera que pueda hacer frente y resistir las inevitables circunstancias de la vida.
     Es importante también que aprenda a disminuir el nivel de estrés de las situaciones personales, de modo que no superen las propias resistencias.
     Otro factor relevante para lograr el éxito ante al estrés es la actitud o la forma en que la persona asuma y analice las situaciones que enfrenta.
     Sobre este tema de las actitudes ante situaciones que provocan estrés, Lazarus y Folkman (1986) plantean que las personas evalúan los agentes estresantes de tres formas distintas. La primera opción es considerar al agente como un daño irreparable ya ocurrido. En este caso, la persona sufre el riesgo de permanecer lamentándose del pasado y obstruir toda estrategia reparadora.
     Por otra parte, si percibe la situación como una amenaza tiende a ver el futuro con pesimismo, de forma incierta y es probable que la ansiedad se apodere de ella.
     Finalmente, si la persona asume el agente estresante como un reto, se sentirá con mayor capacidad para enfrentar la situación y buscar posibles alternativas de solución.
     Otros aspectos a los que se debe prestar atención para prevenir el estrés, de acuerdo con autores tales como Bensabat (1987), Melgosa (1995) y Neidhardt et al. (1989), son, por ejemplo: el ejercicio físico y el reposo, la alimentación, el contacto con la naturaleza, el tiempo libre, la planificación del tiempo, objetivos y actividades.
     En cuanto al ejercicio y el reposo, se menciona que la mayoría de las personas que sufren de estrés no practican ejercicio físico, ni son capaces de lograr un descanso adecuado, lo cual genera un círculo vicioso de difícil salida.          Empezar a practicar ejercicio es la forma más sencilla y eficaz de salir de ese círculo y, además, el reposo necesario para recuperar la energía se facilita cuando se realiza ejercicio de manera regular.
     El ejercicio físico proporciona una serie de beneficios opuestos a la acción del estrés, entre ellos: aumenta la eficacia del corazón; mejora la circulación sanguínea; reduce el nivel de colesterol; favorece la producción de endorfinas, que son responsables del estado de bienestar general; relaja los músculos; ayuda a mantener la flexibilidad de las articulaciones; quema el exceso de energía permitiendo mantener el peso ideal; favorece la oxigenación de las células y ayuda a controlar la hipertensión; asimismo, facilita el descanso, favorece la eliminación de toxinas, aumenta la capacidad y agilidad mental, mejora el estado de ánimo y favorece el buen humor y la autoestima.
     Sobre el descanso, este debe ser cotidiano, semanal y anual. Además, debe ser de calidad, de modo que permita recuperarse del desgaste tanto físico como psíquico que conlleva la realización de las actividades.
     Los buenos hábitos relacionados con la alimentación son importantes siempre, pero sobre todo cuando hay estrés, esto por cuanto si la persona está sufriendo de este tiende a comer en exceso, a no comer lo necesario o hacerlo deprisa y en cualquier momento. Además, cuando el organismo se encuentra estresado, emplea una mayor cantidad de energía y de manera rápida, lo cual añade una carga al sistema cardiovascular.
     Algunas recomendaciones sobre hábitos alimenticios son: comer despacio masticando correctamente los alimentos y a horas fijas; controlar la cantidad de grasa que se ingiere; consumir frutas, verduras y cereales integrales en cantidad suficiente; reducir la ingesta de azúcar, sal y condimentos; asegurarse de ingerir vitaminas del complejo B por cuanto son fundamentales para conservar el equilibrio nervioso y una buena función cerebral, al igual que de la vitamina C; reducir al mínimo el consumo de productos que contengan grasa animal para reducir el nivel de colesterol; controlar el peso y tomar suficiente agua, de la cual se sugiere tomar entre un litro y litro y medio fuera de las comidas y aparte de la que por su propia naturaleza contienen los alimentos.
     El contacto con la naturaleza es una experiencia relajante integral que ayuda a prevenir el estrés.
      La persona obtiene de la interacción con ella paz y salud. La naturaleza ofrece múltiples beneficios, entre ellos la vista se recrea con el paisaje y los colores, el oído con los sonidos naturales, el olfato con los olores silvestres, el gusto con alimentos saludables tomados de este ambiente y el organismo entero con el aire puro y el sol.
     Utilizar de forma adecuada el tiempo libre permite también prevenir de mejor forma el estrés, por cuanto compensa los efectos negativos del exceso de trabajo o de estudio, ayuda a afianzar las relaciones familiares y sociales y permite cambiar el ritmo y dejar de lado los problemas cotidianos.
     La planificación personal también ayuda a prevenir el estrés. Se sugieren dos pasos: primero, identificar los objetivos personales clasificando lo que para la persona es realmente importante, mediante el establecimiento de una escala de prioridades. Y segundo, organizar el tiempo disponible de la mejor manera elaborando, por ejemplo, un programa realista de actividades que permita cumplir con estas sin un exceso de presión.
     Bensabat (1987) ofrece algunas sugerencias prácticas anti-estrés, entre ellas: hacer un inventario de los factores habituales de estrés y tratar de eliminar los que son responsables de tensiones inútiles; evitar allegados o familiares cuando se sienta la necesidad de ello; no dudar en interrumpir una reunión o entrevista cuando se sienta demasiada presión; realizar pausas durante la jornada de trabajo o de estudio, o sea, aislarse, relajarse y no pensar en nada; no tratar de complacer a todas las personas, pues de todos modos no se logrará; no participar en situaciones que desagraden; pensar más en sí mismo o en sí misma y procurarse bienestar; desarrollar un pensamiento positivo y constructivo de las cosas; no guardarse sentimientos y pensamientos que se desean expresar; no conceder a las cosas más importancia de la que tienen, puesto que es una pérdida de tiempo y de energía; aprender a aceptar que algunas veces se pierde; amar lo que se hace y vivir al ritmo de la propia capacidad de adaptación.
     El estrés escolar debe necesariamente sanarse a partir de cuestiones integrales donde la alimentación es primordial, ya que los nutrientes les proporcionan la energía necesaria para vivir, moverse y desarrollar todas sus actividades, y porque a través de los alimentos, los niños reciben las vitaminas, minerales y otras sustancias indispensables en los procesos químicos que tienen lugar en el organismo. 
      La autora del presente trabajo opina: la prevención del estrés del escolar debe asumirse e involucrarse en conjunto tanto  los docentes, la familia y el o la alumna, quien debe asumir la responsabilidad que le corresponde, evitando improvisaciones y apuros de última hora.
     En relación a la familia debe involucrarse en apoyar a los niños, orientándolos, conocer y visitar la escuela, hablar con el docente sobre las tareas de los niños, rendimiento escolar, cuáles son las dificultades que presenta el niño, entre otras cosas, conocer a los amigos del niño, comunicación efectiva con todos los miembros del grupo familiar, escuchar los planteamientos del  niño, buscar ayuda profesional.
     En cuanto a los docentes, conocer al grupo, evaluar con anticipación situaciones que provoquen estrés, estar pendiente de las necesidades individuales y del grupo, llevar registros individuales, planificación de las diferentes actividades que se ejecutaran en lapso, utilizar diferentes métodos y dinámicas para dar las clases y la evaluación de las mismas, tomando en cuenta el tiempo para no sobrecargar al niño con demasiadas actividades, motivar la participación, evaluar su desempeño como docente, aceptar coevaluación de sus alumnos para realizar cambios que mejoren la calidad de la enseñanza, mantener comunicación con los representantes, actualización docente a través de cursos y talleres entre otros eventos, realizar retiros especiales para la evaluación del desempeño como docente, tanto a comienzo como a finales de año.



BIBLIOGRAFÍA
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864015000073

María teresa Bolívar 2012. Importancia del Estrés en la Calidad de vida de los Estudiantes. Trabajo para optar al Diplomado Internacional Superior Gerencia y Herramientas Estratégicas Gerencia para Vida. Caracas. Venezuela

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