lunes, 28 de diciembre de 2015

IMPORTANCIA DE LAS FESTIVIDADES NAVIDEÑAS PARA REFORZAR VALORES Y VÍNCULOS EN LA FAMILIA.


    



IMPORTANCIA DE LAS FESTIVIDADES NAVIDEÑAS PARA REFORZAR VALORES Y VÍNCULOS EN LA FAMILIA.

    La navidad es una fiesta religiosa cristiana, se celebra el 25 de diciembre, fecha en que las iglesias: católica, anglicana, ortodoxa rumana, y algunas protestantes celebran el nacimiento de Jesucristo.
     Para el cristianismo, festejar esta fecha implica varias tradiciones. Suele realizarse un banquetes en la noche del día 24 y se extiende después de la media noche, hasta el nacimiento (el 25 de diciembre), se arman belenes o pesebres, se adornan casas con motivos navideños, se adorna el árbol de navidad se cantan villancicos, u otros cantos alusivos a la navidad, según la costumbre de cada país.

    Estas festividades han trascendido lo religioso y le han añadido otras cosas paganas como excesivos gastos, comidas, regalos, así como fiestas y borracheras que nada tienen que ver con lo religioso, convirtiéndola en una fecha materialista.

     Navidad es tiempo de espera, compartir, de reflexión, sobre nosotros mismos, lo que se ha realizado, revisar las metas alcanzadas  durante el año que transcurre, así como lo que no logramos, compartir con la familia y amistades.

     

     Es importante  destacar que es época esperadas por muchas personas con ilusión en la que se decora el hogar de manera especial alusiva a estas festividades, para reuniones familiares ya que forma parte de tradición en diferentes culturas, son muchas las personas que invierten su tiempo con mucha anticipación planificando lo que harán en estos días, seleccionando regalos, arreglando  el hogar, incluso viajando para pasarlo con sus seres queridos que se encuentran distantes. Otras personas no lo hacen por diferentes motivos, la situación no es igual para todos, es en estos momentos cuando aflora en muchos individuos la solidaridad y el compartir con las demás personas.
     Esta autora considera: Cuando compartimos y somos solidarios, también lo disfrutamos y nos permitimos pasarlo bien y sentirnos conformes con el deber realizado. Es en estos momentos que debemos celebrar junto al vecino, al amigo, los compañeros de trabajo, entre otros, si se encuentra solo, busque o reúnase con los feligreses de su iglesia, pero no se quede solo, cuando estamos lejos de nuestros familiares y seres queridos, no vale la pena  sumergirnos en la depresión, es momento de crecer, de saber manejar nuestras emociones, tampoco cometer el error de ahogarnos en el alcohol o hacernos daño, recuerden esos momentos  pasan, y debemos continuar la vida, en nuestros trabajos, estudios, en fin,  seguir adelante.

     

    Es lamentable cuando las personas deciden sufrir, argumentando: es que estoy lejos de casa, de mi familia, de la novia, o novio, de la pareja que se fue, les recuerdo usted es lo más importante y debe estar bien, por ejemplo, como su  automóvil, si algo está mal llévelo al mecánico, si se trata de usted vaya al profesional, en este caso el psicólogo, un asesor u orientador, pero busque ayuda, no permita que las emociones negativas le afecten. Pasarlo junto a su familia y demás personas amadas sería lo ideal, pero si ese no es su caso y se encuentra alejado de ellos, permítase el regalo de pasarlo bien al lado de compañeros, amigos y otras personas significativas para usted.
     En esta época compartir las tradiciones en familia y  transmitir la importancia de dar y recibir amor, de ser solidarios, de alimentar el espíritu y de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, se convierten en la mejor ofrenda que podemos ofrecer a nuestros seres queridos. Es un espacio para renovar la fe en Dios, amar a los demás, y poner en alto el amor y paz. Para ello es fundamental compartir con los hijos los valores y enseñarles que la felicidad no solo está en los obsequios y en los regalos materiales. Lo primordial es  disfrutar con alegría y espiritualidad. Transmita  a sus hijos el mensaje de renovación de  fe y la alegría que acompaña las tradiciones navideñas.
     Estas son maneras de cultivar el espíritu y encontrar felicidad en el interior de cada uno. Reflexionar y orar juntos, hablar sobre el significado de la Navidad en las distintas tradiciones religiosas, contar anécdotas sobre la celebración de estas tradiciones en la familia, son una manera de fortalecer el espíritu navideño. Además,  es momento para compartir con las personas queridas y para dar, no solo para recibir.
     Según Paulo Acero Rodríguez, sicólogo especialista en trauma y resiliencia e investigador de la Universidad Manuela Beltrán, plantea, la celebración navideña es una ocasión para que los niños “afiancen su identidad, estima y valía. Y es un tiempo extraordinario que tienen los adultos para demostrar no solo con cosas materiales, sino afectivos, qué tan importante es el pequeño para ellos”. Para fomentar este espíritu navideño en sus hijos, lo más transcendental es el acompañamiento, el ejemplo y el fomento de actividades lúdicas y religiosas.

      El mismo autor señala, “Todas las culturas y las familias se establecen alrededor de rituales, los cuales generan identidad y pertenencia en el ser humano”. Cuando un niño se incluye en la celebración, siente acercamiento y pertenencia hacia su grupo familiar.
     Los pequeños que viven la Navidad en familia fomentan el valor de la solidaridad, la seguridad y la unión. Por ejemplo, un regalo debe servir para generar valores afectivos basados en dar y recibir y en compartir con otros niños. También se fomenta la capacidad de socialización. “Un pequeño que tiene la oportunidad de tener afecto socializa mejor y es más seguro”, señala el sicólogo. Incluso, en esta época se despierta el sentimiento de solidaridad.


      Marcela Ariza, directora del Instituto de la Familia de la Universidad de la Sabana, destaca en que la  verdadera alegría no requiere de grandes montajes, que pueden llevar a la saturación mental y al agotamiento físico. También afirma: “Momentos tranquilos, en grata compañía, vividos con humor y optimismo, facilitan la expansión del espíritu, dan descanso al cuerpo y traen paz al corazón del ser humano”. También señala: “es importante aprovechar las festividades para acompañar a pobres, huérfanos, ancianos y enfermos. Estos momentos jamás se olvidan y les permiten a los niños demostrar que puede hacer feliz a alguien, sin necesidad de gastar demasiado”. Por eso, si el niño vive las tradiciones de manera amorosa, bajo el ejemplo de sus padres, podrá transmitirles a sus hijos la importancia de vivir la Navidad en familia
     Cabe destacar, estas celebraciones en familia crean vínculos emocionales de amor y la alegría. Así que aproveche para rescatar, con sus hijos, tradiciones como cantar villancicos, hacer recetas e intercambiarlas con los vecinos, contar historias de navidad, hacer manualidades o jugar aguinaldos.

FUENTES DE INFORMACIÓN

viernes, 18 de diciembre de 2015

Sexualidad en el adulto mayor

La sexualidad en el adulto mayor


    

    El término sexualidad significa muchas cosas para distintas personas y en diferentes etapas del ciclo vital considerando además la educación y experiencias que se tengan al respecto.
     La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el placer sexual como un derecho humano básico. Según la OMS “La salud sexual es la integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual, por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor”
     Se define como Salud Sexual Geriátrica “la expresión psicológica de emociones y compromisos que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros en una relación de confianza, amor, compartir y placer, con o sin coito” (Maslow).
     La sexualidad de los adultos mayores es objeto de variados prejuicios, se piensa que los adultos mayores pierden todo el interés sexual cuando envejecen o que ellos son pervertidos si continúan teniendo relaciones sexuales. La realidad es que el potencial sexual puede permanecer hasta la muerte aun cuando sea alterado por los cambios propios del envejecimiento.
     La actividad sexual cumple muchas más funciones que las fisiológicas, en el adulto mayor, donde el envejecimiento, se refleja justamente en lo físico, el significado de la sexualidad se amplía aún más adquiriendo características diferentes que en otras etapas de la vida. Pero aun siendo menos agresiva y más matizada, la sexualidad mantiene inalterada su potencial de comunicación entre las personas.
     En el AM surge un nuevo lenguaje sexual en el cual se revela el amor, el afecto, la relación interpersonal, mucho más que el significado preferentemente sexual-genital tan restringido de la “juventud”.
     “La sexualidad-afectiva no solo se concreta con el acto coital, sino que abarca todos los sentidos, la dedicación y la entrega, y el conjunto de sensaciones , experiencias y estados de ánimo que los seres humanos somos capaces de transmitir a través de lo sensorial y la afectividad. Si bien la fisiología sexual sufre cambios con el envejecimiento, el mundo de los sentimientos no sufre ningún proceso de deterioro y el deseo de vivir conscientemente la sexualidad persiste en un gran número de AM”.
     La vida afectiva y la expresión sexual persisten a lo largo de la vida. Las transformaciones físicas y fisiológicas afectan tanto a hombres como a mujeres: disminuye el tono muscular en todo el cuerpo, se atenúa el vigor y se reduce la elasticidad de los tejidos. El descenso de los niveles hormonales determina cambios en los tejidos de los genitales y la rigidez de los vasos sanguíneos afecta la irrigación de la zona genital.
     Los AM de hoy pertenecen a una generación donde no existía la educación sexual. No existía una instancia formal, o información seria al respecto. La vida sexual pertenecía al ámbito de lo privado y consistía habitualmente en la satisfacción por parte del hombre y la disponibilidad por parte de la mujer”
     La desinformación respecto de la sexualidad en esta etapa, la ansiedad que la adaptación a estos cambios genera y la dinámica y los conflictos de pareja pueden constituirse en factores de disfuncionalidad en el ámbito sexual.
     ”En nuestra sociedad existe una actitud negativa hacia la expresión sexual de los ancianos, no parece apropiada en los mayores de 70 años y para que señalar la masturbación. Estas actitudes afectan la forma en que los AM son tratados y cuando éstas se internalizan por los ancianos pueden convertirse en una razón muy importante que explicaría el por qué muchos AM son sexualmente inactivos (Cayo y Flores 2003)”.
      María Inés Parga, coordinadora del Área Adulto Mayor, cuenta que los AM que ha conocido son seres tan sexuales como cualquiera. De hecho, ha sabido de muchas parejas que se conocen en los diferentes centros que esta institución mantiene y que en algunos casos, han pedido tener habitaciones matrimoniales y se les ha habilitado. “Ellos, los adultos mayores tienen la misma capacidad de establecer cualquier vínculo, incluido los amorosos de pareja como en otras edades y cuando tienen oportunidades de practicar formas de vinculación como coquetear, “andar”, pololear o emparejarse, para ellos es muy satisfactorio”.
     En esta etapa, sin duda, la sexualidad en la pareja está cruzada por los sentimientos de compañerismo, reciprocidad y amor. Se ama de manera más auténtica, comprometida y profunda, y se es menos impulsiva, más tolerante y comprensivo. Los AM están más disponibles para la intimidad a través de la comunicación más profunda, de cuidar del otro y de ponerse en sintonía con él.
      Los profesionales de la salud tienen que establecer nuevas pautas para la prevención y promoción de salud en la población geriátrica.  Algunos de los aspectos en los que se tiene que profundizar es el de la sexualidad y la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS) en esta población. 
La sexualidad humana incluye no solo el aspecto físico de la relación, sino que hay otros aspectos que son de suma importancia en la vida íntima de una persona.  Entre estos aspectos están las creencias, actitudes y valores del individuo y de la sociedad en la que vivimos.  Muchas veces las personas de edad avanzada tienen muchas barreras para una sexualidad saludable.  Algunas de estas son:
§  Las creencias de la sociedad donde se estereotipa al hombre mayor como “viejo verde” y la mujer mayor como “indecente” si tienen algún interés sexual.
§  Los problemas médicos (diabetes, enfermedad cardiovascular, osteoartritis, hipotiroidismo y problemas de próstata).
§  El uso de múltiples medicamentos que pueden causar problemas sexuales. 
§  Ir a vivir a un “nursing home”.
     Los resultados demuestran que en general los adultos mayores están sexualmente activos.  Sin embargo el hombre está activo sexualmente en mayor cantidad que la mujer en esas edades.  Muchas de las mujeres reportaron estar viudas y no tener una relación estable, en gran parte por la mortalidad más temprana, en promedio, del hombre.  Se asocian los problemas de salud con la ausencia de actividad sexual ya que los que describieron su salud como pobre son los que menos activos sexualmente se encontraban, y si lo estaban, reportaron más problemas sexuales.   Entre las condiciones más comunes en ese grupo de edad que pueden afectar la actividad sexual se encuentran la diabetes, enfermedad cardiovascular, osteoartritis, hipotiroidismo y problemas de próstata.
     En general, los hombres de más de 65 años utilizan menos el condón que los más jóvenes ya que sus parejas, en su mayoría, no están en etapa reproductiva.  Las mujeres por su parte no piensan que están a riesgo de tener una ETS por que ya están en la menopausia y normalmente asocian con el riego de ETS a embarazos.  Es muy importante la prevención de estas enfermedades ya que  aproximadamente el 15 porciento de los casos nuevos diagnosticados con el virus de HIV es en el grupo de edad de 50 años o más. 
     En resumen, los adultos mayores en su gran mayoría están activos sexualmente y esto a su vez esta ligado a tener una buena salud.  Es importante que el profesional de la salud profundize en el historial sexual del paciente mayor ya que este tema no suele  surgir espontáneamente de ellos en una entrevista.  Si conocemos sobre su sexualidad podemos hacer unas intervenciones de prevención y promoción de salud adecuadas.
      Se puede afirmar que un hombre o una mujer sanos física y psíquicamente entre 50 y 70 años o, incluso, a edades más avanzadas, pueden mantener un determinado nivel de actividad sexual (5). Esta es una posibilidad más que comprobada si son personas libres de estereotipos, prejuicios y tabúes.
     La prevención o el tratamiento de los factores negativos anteriormente expuestos contribuyen a preservar esta función, pero sobre todo, resulta fundamental que exista una adecuada educación y comprensión de los cambios fisiológicos del sexo en la edad del adulto mayor y se reconozca que esto no es exclusivo de los jóvenes.




FUENTES DE INFORMACIÓN

Lindau, S.T., et al. A national study of sexuality and health among older adults in the U.S.New England Journal of Medicine 2007, 357 (8): 762-774

Messinger-Rapport, B.J., et al. Sex and Sexuality: Is It Over after 60? Clinical Geriatrics2003, 11 (10): 45-53


Calvet, H.M., Bolan, G. STDs in Older Adults: The Need for Increased Awareness. Clinical Geriatrics 2000, 8 (2)