sábado, 21 de mayo de 2016

INFIDELIDAD EMOCIONAL

INFIDELIDAD EMOCIONAL


     Generalmente se  identifica infidelidad con el contacto sexual de nuestra pareja con otra persona, sin embargo finalmente se menciona también otro tipo de engaño: la infidelidad emocional.
      La definición tradicional de infidelidad hace referencia a que una de las personas de la pareja (en una relación de compromiso) se involucra íntimamente con alguien más, un tercero. Debido a un gran número de factores, el comportamiento de infidelidad ha sido redefinido para incluir, además del concepto tradicional, una definición contemporánea que no necesariamente implica un contacto concreto a nivel físico.
      La infidelidad emocional es definida como cualquier relación que se produce a través del sentimiento o pensamiento, aunque no se llegue a consumar un contacto íntimo.
     Con el impresionante desarrollo tecnológico en el área de las comunicaciones, con los teléfonos celulares e Internet, las costumbres han cambiado muchísimo y la definición de engaño o infidelidad se ha ampliado e incluye ahora conductas como:

– Intercambiar mensajes íntimos con alguien a través del móvil.
Conocer a alguien a través de Internet.

– Mantener una relación cercana a través de cualquier fuente disponible no física.

– Visualizar material pornográfico mediante cualquier medio o dispositivo.

     La infidelidad emocional se ha ido haciendo más frecuente en las últimas décadas, con el lugar de trabajo como ámbito más proclive a que se generen, sólo después de Internet. El caso es que estas relaciones, sin sexo, pueden ser muy intensas o incluso más que aquellas relaciones con relaciones carnales de por medio. Por este motivo, en muchos casos (más o menos el 80%, según Shirley Glass, autor de Not Just Friends: Rebuilding Trust and Recovering Your Sanity After Infidelity), la dinámica de estas uniones “platónicas” hace que se cruce la barrera del sexo tarde o temprano.

     ¿Cuál es la causa de la infidelidad emocional?


     Cada caso es diferente y presenta sus propias características, pero a nivel general podemos afirmar que una posible causa es el deseo de evasión de una relación (que en ocasiones puede tornarse un tanto rutinaria), pero sin la idea ni decisión de terminar con la pareja.
     El motivo principal para caer en la infidelidad emocional es la falta de comunicación en la pareja y esta, como la infidelidad común es un grito de auxilio que uno de los dos integrantes hace. Una vez que el tercero suple sus necesidades emocionales, una relación corre un alto riesgo de ser destruida, pues con el paso del tiempo se puede cruzar la barrera de la amistad. Según el National Healthy Marriage Resource Center (NHMRC), este tipo de relaciones son tan dañinas como las que involucran el contacto físico.
     Es muy común que la persona emocionalmente infiel se escude en el argumento de que sus acciones no necesariamente implican que esté haciendo algo incorrecto.
     Usualmente, esta surge como una relación de amistad en la que se comparten atracciones que con la pareja no compartirían, idealizando a la otra persona. El peligro de este tipo de infidelidad es que la persona, al encontrar una afinidad y un apoyo con un tercero o tercera dará por entendido que con su cónyuge jamás podrán compartir esta clase de aspectos y es probable que sea el primer paso para que la relación se debilite y, por ende, termine.

Algunas de las señales del engaño emocional:


     Compartir los pensamientos más íntimos con alguien externo a tu relación. Se habla de pasiones, temores y secretos que en tiempos mejores se comunicaban a la pareja.
     Comparar constantemente, verbalmente y de pensamiento, a la pareja con la persona con quien se ha intimado.
     Pensar y soñar de forma obsesiva con la otra persona, aunque uno trate de engañarse y decir que es algo normal. Incluso se fantasea con relaciones sexuales con dicha persona y sobre cómo sería su amor.
     Buscar (y dar) una mayor parte del apoyo emocional a alguien externo a la relación.
     Depender de alguien externo a la pareja para que satisfaga las necesidades de sentirse amado y conectado.
      Mostrar señales de distracción cuando se debería estar presente (físicamente y mentalmente) en la relación. Las actividades habituales y regulares con la pareja, o el tiempo que dedicaba a las mismas, se reducen.
      Pasar más tiempo de conexión con alguien externo a la relación (hablar por teléfono, enviar mensajes de texto o pasar mucho tiempo juntos). La cosa se agrava cuando uno ya trata de borrar el rastro de esta relación o la convierte en algo secreto.
     Buscar momentos para estar a solas con alguien externo a la pareja o forzar los encuentros.
     Mantener una creciente lista de razones que justifican el comportamiento: centrar la atención en lo infeliz que uno es, en el porqué de la tristeza, y culpar a la pareja o al matrimonio de todos los aspectos de la infelicidad. Así se genera un falso resentimiento que justifica este maltrato hacia la pareja o la necesidad de buscar fuera lo que uno no tiene en casa.

¿En qué se diferencia el engaño tradicional de la infidelidad emocional?


La principal diferencia radica en el contacto físico. Tradicionalmente, el engaño consistía en la intimidad física de dos personas que se encontraban en el “mundo real”. La infidelidad emocional, en cambio, no implica una cercanía íntima, sino que incluso en algunas ocasiones las personas ni siquiera se conocen personalmente, pues el contacto puede producirse por teléfono móvil u ordenador.
    A veces puede haber actividad física involucrada, pero se lleva a cabo en lugares separados, es decir que las personas involucradas no se están tocando "realmente".

Cómo se puede prevenir este tipo de infidelidad

     

     Para una relación sana, es muy importante que se combinen dos aspectos esenciales: el físico y el emocional. Cuando uno de estos aspectos falla, la relación comienza a deteriorarse. Y una de las formas en las que puede materializarse este deterioro es el engaño, que puede ser físico o emocional. El segundo caso es a menudo mucho más destructivo que el físico. Porque el engaño físico es muy fácil de definir para la mayoría de las personas, y parece que los límites quedan claros: es un acto sexual específico. No obstante, el engaño emocional es diferente en cada persona, y los límites nunca coinciden. Por eso es muy difícil, a menudo, delimitar exactamente qué está bien y qué está mal o cuándo se está engañando en términos emocionales y, sobre todo, cuándo se debe parar.
     Ante todo el planteamiento señalado, es importante hablar de inteligencia romántica, planteado por ( Valentis Mary 2005), la cual, consiste en el entrenamiento que tiene  ver con la manera de aumentar el coeficiente intelectual romántico y llegar a ser tan inteligente en el amor como en la vida; a través de este entrenamiento de la inteligencia romántica se puede desarrollar la intensidad,  la excitación y la pasión del amor romántico, con la inteligencia emocional, que constituyen un conjunto de actitudes y comportamientos que se aprenderá aplicar en la vida, para asegura que las relaciones sean lo más satisfactorias y enriquecedoras posibles.
     Cuanta más inteligencia emocional romántica se aporte a la vida amorosa, más significativa y poderosa será la relación y menos sorpresas, problemas y decepciones se tendrá. Ser inteligente en el amor,  exige conocer el terreno emocional y las zonas de intimidad, ser capaz de identificar, dar sentido, aceptar y controlar los estados emocionales, además de entender y simpatizar con el humor, los sentimientos y personalidad del conyugue. Tener inteligencia romántica es ser capaz de conseguir el mismo nivel de comodidad emocional con su pareja que el que siente consigo mismo.
     Conocer y alterar las técnicas de comunicación no siempre es suficiente. La inteligencia romántica requiere valentía y claridad de pensamiento y acción, y aunque esta inteligencia es ciega e intrépida, también es sensible y amable. Fomenta la honestidad y la autenticidad y salva las diferencias entre lo que se piensa y siente, así como lo que se dice y hace. Aprovechar el poder de la inteligencia romántica, permitirá el conocimiento de sí mismo, y el de los demás, se sentirá más intensamente, se cuidara más profundamente y amara incondicionalmente.

- Establece límites con amistades y compañeros y más aún cuando permanecen la mayoría del tiempo junto, en tu lugar de estudio o trabajo.

- Ten cuidado con tus contactos en las redes sociales. El coqueteo virtual también es un signo de que la infidelidad emocional está tocando a la puerta.

- “La ropa sucia se lava en casa”: Si estás pasando por un periodo de conflictos en tu relación, no lo grites a los cuatro vientos. Soluciona lo que te molesta directamente con el implicado y no permitas que un tercero se entrometa en tus asuntos de pareja. Si lo haces, puede ser una situación de la cual los demás pueden tomar provecho para desestabilizarte emocionalmente.
- Pregúntate si tu relación te está aportando lo suficiente para que no te veas obligada a buscar lo que te falta en personas ajenas a esta. Quizás sea momento de evaluar tus sentimientos y los de él y determinar si son más los contras que los pros para estar juntos. Si es así, en tus manos está la decisión de finalizar el ciclo en los mejores términos sin tener que acudir a terceros.


BIBLIOGRAFÍA
Mary y John Valentis (2005). Inteligencia romántica, cómo ser inteligentes también en el amor. Editorial Amat S. L. Barcelona España.

miércoles, 11 de mayo de 2016

AFECTIVIDAD, VINCULOS FAMILIARES Y CARENCIAS AFECTIVAS

AFECTIVIDAD, VINCULOS FAMILIARES Y CARENCIAS AFECTIVAS

Afectividad en la familia

     
    La familia es un grupo de personas formado por individuos que se unen, primordialmente, por relaciones de filiación o de pareja. El Diccionario de la Lengua Española la define, entre otras cosas, como un grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas, lo que lleva implícito los conceptos de parentesco y convivencia, aunque existan otros modos, como la adopción. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
      La familia es de suma importancia para ser humano, ya que los valores aprendidos en la infancia forman parte de la persona que eres hoy. Es importante forjar vínculos familiares sólidos, es de suma importancia cuidar que los vínculos familiares no se rompan y se comprenda la importancia de la familia.
     La importancia de la familia lo es todo para los niños durante su crecimiento, las experiencias que ésta les ofrezca, formarán su personalidad y carácter. Es por eso que como miembro de familia ten presente que tienen la responsabilidad de criar a un nuevo miembro de la sociedad, siguiendo los ejemplos de valores y normas que aprende en su familia.
     Los lazos principales que definen una familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio, que, en algunas sociedades, solo permite la unión entre dos personas mientras que en otras es posible la poligamia, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia según el grado de parentesco entre sus miembros.
     Si entre padres e hijos existe un buen vínculo afectivo, que exprese cuidado y respeto, lo más probable es que esos hijos desarrollen un buen autoconcepto y autoestima, se reconozcan y se sientan personas dignas de ser amadas, importantes y valiosas, repercutiendo sobre su desarrollo y sus aprendizajes.
      Durante la niñez y juventud es fundamental sentirnos queridos, valorados, protegidos y aceptados por aquellas personas que nos son importantes y significativas, en especial, por parte de nuestros padres, nuestros familiares y por supuesto también nuestros profesores. Tener un buen vínculo afectivo con nuestros padres, el sentirnos amados  cuando niños/as, permite que desarrollemos una buena base afectiva, un autoconcepto (idea que tenemos de nosotros mismos) y una autoestima (valoración que tenemos hacia nosotros mismos) positiva.
     Por eso, uno de los aspectos fundamentales y de mayor influencia en el desarrollo del niño/a es la calidez y afecto al interior de la relación padres/hijos,

VINCULOS


     Los vínculos son relaciones, o uniones no materiales especiales que se establecen entre dos personas, por ejemplo en el matrimonio, la familia, las amistades.
     La palabra vínculo proviene del latín vincülum, de vincire, atar. “Unión o atadura de una persona o cosa con otra”. Entendiendo así, la manera en que se unen los miembros que integran a una familia. Cabe mencionar que existen tantas formas de vincularse como familias existen. Vincular es la acción que implica atar o fundir una cosa con otra.
     Los vínculos afectivos son aquellos "lazos sentimentales" que se establecen con una persona, animal o cosa, los mismos se manifiestan por medio de abrazos, hablando o halagando a la persona querida. Estos se manifiestan en la familia o en relaciones sentimentales.
     Los vínculos familiares 

se inician y desarrollan a lo largo de la vida y del ciclo vital, son dinámicos y se reestructuran en una forma continua; cada uno de estos vínculos es de un estilo particular en el momento que tenemos a la familia frente a nosotros, pero esto no quiere decir que “siempre” se han relacionado de la misma forma a lo largo de su ciclo vital, el estilo de vincularse entre la familia va a depender de múltiples factores, entre los que se encuentran: las fronteras bien delimitadas entre la familia nuclear y la de origen, entre los subsistemas conyugal, de padres e hijos ; que se haya establecido una identidad familiar ; las circunstancias socio-políticas y económicas de la población donde radican, la situación laboral de los padres de familia, esto es, el contexto socio-cultural ; las formas de enfrentar las crisis a lo largo de su ciclo vital, entendiendo por crisis todo aquello que ha llevado a la familia a tener cambios desde la estructura interna (roles, reglas, entre otros); la adaptación a cada una de las etapas de desarrollo de la familia (conformación de la pareja, hijos pequeños, adolescentes, el nido vacío, vejez de los padres) hasta cambios en las circunstancias dentro de la familia (muerte repentina, enfermedad crónica en algún miembro, cambios de residencia, etc.). El significado familiar a cada uno de los eventos precipitantes de una (s) crisis por la que está o ha pasado previamente. La conformación delas reglas familiares si son rígidas o flexibles. El estilo de comunicación tanto verbal como.

AFECTIVIDAD EN LA FAMILIA

    
     La dura realidad que afecta a la familia actual es que el tiempo no alcanza, debido a compromisos, como el trabajo, la escuela y demás actividades que no permiten el convivir, el compartir desde lo afectivo. Es sumamente importante reconocer que desde el hogar, en familia comencemos a construir y dar afectos a nuestras familias, hijos, parejas, nos ayudará a desarrollar la capacidad de amar, el amor se transmite desde el hogar.
     La capacidad de amar es resultado del desarrollo afectivo que ha tenido el ser humano durante sus primeros años de su vida, mediante un proceso continuo y secuencial que pasa por la infancia, adolescencia y se posterga hasta la madurez y vejez.  El amor en la familia no es algo que se tenga que dar porque si, este sentimiento tiene dos cometidos fundamentales:

·         Es en el seno familiar donde se deben cultivar los valores del ser humano, enseñarlo a pensar, a profundizar, a reflexionar, hacerle ver y sentir que el respeto es el guardián del amor, así como la honradez, la generosidad, la responsabilidad, el amor al trabajo, la gratitud, etc. Es ahí en la familia, donde nos invitan a ser creativos en el cultivo de la inteligencia, la voluntad y el corazón, para poder contribuir y abrirnos a la sociedad preparados e íntegros. El amor de la familia por tanto debe también trasmitirse a la sociedad.
·         El amor refuerza a cada uno de sus miembros, especialmente a los hijos, a que amplíen todas sus potencialidades para que logren alcanzar lo más cerca posible sus objetivos en la vida: La psicología afirma que el afecto estimula el aprendizaje y desarrolla la inteligencia gracias a la sensación de seguridad y confianza que otorga y que se desarrolla lentamente a través de la infancia, la niñez y la adolescencia.

Para amar a nuestra familia es necesario atender varios puntos:


·         Es necesario aprender primero a amarse uno mismo, es el punto de partida para dar amor a los demás. Esto forma parte de un ciclo, ya que si los padres nos amaron y enseñaron a amar, te será más fácil después extenderlo a tu futura familia. Pero sin  en el hogar hubo un ambiente de despego y egoísmo, de rigidez, anarquía, pereza, de ostentación, etc. será un poco más complicado pero no imposible que puedas abrirte al amor, ya que el crecimiento y la vivencias que vayas adquiriendo a lo largo de toda tu vida, te puede ayudar a tener una visión diferente sobre este sentimiento y su forma de expresarlo.
·         El amor conyugal es un modelo de amor para los hijos que les hace creer y crecer. El amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma de cómo deben ser las relaciones entre hermanos y hermanas y entre las diversas generaciones que conviven en la familia. Recuerde que se educa con el ejemplo.
·         Ayuda a la familia a desarrollar sus potencialidades: El que ama y sólo el que ama, conoce bien a la persona amada, pero no solo en su apariencia sino también en su interior, conoce "su posible", "aquello que puede" y "debe" llegar a ser y más aún, le ayuda a lograrlo, a que desarrolle todas las potencialidades que tiene y que muchas veces ignora.
·         Incrementa la confianza  de tu familia a través del amor: La persona que está en el continuo proceso de formación, es un ser con cierta dosis de inseguridad. Sin embargo el que se sienta amado le da una fuerza que incrementa su seguridad. Por lo tanto hay que tenerles confianza a las personas queridas ya que no sólo es de gran ayuda, sino en muchas ocasiones "vital".
·         Impulsa confianza en tu pareja e hijos, ayudándoles a que descubran y desarrollen sus cualidades, limitaciones y defectos; animándoles y aplaudiendo sus logros por muy pequeños que sean, ayudándoles a que descubran a dónde pueden llevarles sus inclinaciones si no las dominan y sobre todo, haciéndoles sentir  afecto. Para esto necesitas no sólo paciencia, sino también tiempo.
·         Enseña a tu familia a luchar, el exigir es un ingrediente esencial del amor. Amar a los hijos no significa evadir todo sufrimiento, amar es buscar el bien para el ser amado en última instancia y no la complacencia momentánea. Es posible que algunas veces por amor a tu hijo le estés generando una frustración pasajera, pero que en realidad lo estará preparando para un futuro más grande. Por lo tanto el amor necesita disciplina.

CARENCIAS AFECTIVAS EN EL INDIVIDUO

    
    La carencia afectiva o las alteraciones por carencia relacional se refieren a aquellas situaciones en que la maduración de la personalidad del niño se interfiere por la falta grave de estimulación afectiva. En el ser humano no existe la posibilidad de una maduración correcta sin el calor afectivo del amor. Aunque, en cualquier circunstancia, cualquier persona puede sentir no haber amado lo suficiente o no haber sido amado de forma adecuada, la ausencia grave de estimulación afectiva durante la infancia por parte de los adultos, que juegan un rol relacional afectivo importante, provoca la aparición de trastornos, no tan solo de la maduración, sino también síntomas clínicos que se expresan en trastornos somáticos, afectivos y conductuales.
     La falta de afecto maternal se caracteriza por producir en el niño un estado psicológico de avidez afectiva y miedo de pérdida o de ser abandonado, tanto si ha padecido en la realidad una privación afectiva de la madre o como si lo ha sentido como tal. Es tal la necesidad de recibir una señal de afecto que permanece en un cierto estado de búsqueda afectiva, de necesidad de saturación, que se manifiesta por una actitud de reasegurarse de la existencia permanente del afecto del otro y así sentirse seguro.
      La carencia afectiva es un mal que afecta a todas las edades, culturas y clases sociales. La evolución de las personas que manifiestan este síndrome depende en gran medida de la situación social en la que se desarrollen, pudiendo establecer unos patrones que definan el comportamiento de estas personas desde su infancia a la edad adulta.

BIBIOGRAFÍA
Roche, Roberto (2006). Psicología de la pareja y de la familia: análisis y optimización. Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona.
Real Academia Española (2001). «Familia». www.rae.es. Diccionario de la Lengua Española.
 Asamblea General de las Naciones Unidas. 1948. «La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.»
http://www.familianova-schola.com/files/carencia_afectiva.pdf
      Romagnoli Claudia y Morales Francisca (1996) en base al material educativo “Reuniones de Apoderados: Tarea de Padres y Profesores”, Santiago, Dolmen, 1996.
http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol13_6_09/san16609.html
http://mundoafectivo.blogspot.com/p/la-afectividad-en-la-familia.html


viernes, 6 de mayo de 2016

VINCULOS EN LA PAREJA





VÍNCULOS DE PAREJAS



     En toda relación se espera que ambos miembros de la pareja se brinden afectos el uno al otro, cuidados que se fortalecen especialmente en tiempos de crisis o de dificultades, además de plantear, de tener la capacidad de reconocer cuando su pareja necesita esta ayuda y proporcionársela, siendo además amoroso y respetuoso de la verdad de este otro, aceptándolo en toda su gama de ser y sentir, con aceptación y flexibilidad. Esta capacidad de dar cuidados, implica ser una figura de apego segura para la pareja, ser una fuente de confort, permitiendo al otro volverse hacia su pareja en tiempos de crisis. La importancia de esta habilidad, es que se desarrolla cuando el sujeto ha experimentado cuidados en su primera infancia, es decir, que estos adultos de niños tuvieron un cuidador sensible, que respondía a sus necesidades.
     En cambio, si el sujeto que brinda el cuidado vivenció experiencias negativas en su niñez, tendrá mayores probabilidades de ser poco sensitivo (Moreno 2002).
De este modo, es más aceptable una explicación de los estilos de amar y de relacionarse, esto es, en el amar a una pareja se involucran las habilidades de modular las emociones, la estabilidad, además del componente fisiológico. En otras palabras, para que haya una relación amorosa recíproca, se necesitan dos sujetos separados con capacidades autónomas y deseos de hacer contacto y honrar las diferencias entre ellos. Para que esto suceda, se requiere confianza en la pareja, confianza que no se perderá si hay un evento de separación, situación que es favorecida cuando los sujetos mantienen un apego seguro, ya que los sujetos que se crían de manera segura, manifiestan mayor autonomía que los inseguros, pueden mantener o reconocer sus propios límites con mayor facilidad en etapas de la adolescencia, lo que sería favorable para sus relaciones de pareja posterior (Moreno. 2002).
     En toda relación  sentimental se  involucra necesariamente un tipo de vínculo más cercano, se debe comenzar entonces por el contacto, el encanto y el interés que ese otro provoca en su conquistado/a, para que estos ítems sean efectivos en esta nueva relación romántica que se forma, se debe comprender el sistema de apego individual, comportamiento biológico que se ha estudiado entre madre e hijo; siendo este vínculo importante en la vida de las personas y que sujetos de todas las edades se sienten mejor cuando tienen una figura vincular en quien puedan confiar íntimamente (Moneta 2009).
Desde estos postulados, Bowlby, estableció que el comportamiento de apego desempeña un rol fundamental en las relaciones posteriores en todo el ciclo vital, incluyendo en este caso, una relación de pareja.
      Con esto, el amor romántico se puede conceptualizar como proceso de apego, influenciable directamente por las experiencias tempranas con las relaciones de apego, en sentido de un sistema de búsqueda, mantención de proximidad y cuidado, ya que el apego en niños pequeños involucra una mantención de proximidad y una protesta frente a la separación. Por lo tanto, según plantea Moneta (2009), sería un principio en la búsqueda de relaciones de pareja buscar la proximidad y resistir la separación, además de mantener una base segura usando la figura vincular como "base", es decir, la búsqueda de una relación estable desde la cual explorar el entorno. Al igual que los esquemas de funcionamiento que desarrollan los niños en relación a los cuidadores, los adultos, obtienen seguridad de la pareja, sienten una necesidad de estar con el otro (ya sea una pareja casada o no), necesidad de querer estar con ese nuevo cuidador, y protestar cuando aparece la amenaza de separación o falta de disponibilidad del otro para con uno, en las necesidades de protección, cuidado y cariño.

Cómo crear vínculos con la pareja.





      Para establecer una relación íntima, cada uno de los miembros de la pareja debe abrirse al otro mediante sus actos, palabras y sentimientos. Es necesario que ambos sean capaces de permanecer unidos el tiempo suficiente para que se forme un vínculo.
      Los vínculos se crean y se refuerzan a través de las conversaciones y el contacto social, las relaciones sexuales y las experiencias que compartimos.
      Todos sabemos que las relaciones íntimas se consolidan compartiendo emociones, problemas y confidencias. Y no hay que olvidar los vínculos que se forman cuando no hacemos nada importante pero lo hacemos juntos, como estar sentados leyendo el diario o viendo la televisión sin necesidad de hablar.
      Cuando amamos a alguien y queremos sentirnos más unidos, procuramos hacer cosas juntos. Intentamos conocer y comprender mejor a la otra persona compartiendo con ella lo que nos interesa, y la invitamos a nuestro mundo para que conozca a nuestros amigos y familiares. De este modo afianzamos nuestra relación.
     A medida que la relación progresa, todos estos vínculos se desarrollan al mismo tiempo y se superponen unos a otros. Estos son los vínculos que pueden soportar cualquier contratiempo.
     Cuando estableces una relación auténtica, vas uniendo pedacitos de ti a los de la otra persona día tras día. Vas atando cabos y creando nudos cada vez más fuertes. Por eso el entramado de cada relación es único e incomparable

Barton Goldsmith recomienda diez consejos para mejorar los vínculos afectivos:





•          Aceptar los defectos de los demás es el primer paso para crear relaciones duraderas y felices. Sobre esta base, los desaciertos o errores se asumirán de forma menos traumática y dejarán de ser un factor decisivo a la hora de deteriorar o incluso romper los vínculos afectivos. De este modo, también se apreciarán mucho más los aspectos positivos del otro y se valorará a las personas en su justa medida sin tener que ofenderse por ello ni incurrir constantemente en descalificaciones. 
•          Las muestras de cariño no deben perderse de vista, a pesar del paso del tiempo que contribuye a enfriar este tipo de gestos. El psicólogo Goldsmith es tajante en este sentido: “Las parejas que se tocan y se agarran suelen tener menos discusiones y disfrutan más de la vida”. El tacto es pues, una de las formas de comunicación más poderosas.
•          La pareja y los amigos son el mejor trampolín para alcanzar la felicidad, por lo que cuidar su bienestar beneficiará a uno mismo, aun en los momentos difíciles. Si tu pareja tiene un problema debes ser el primero en estar allí.
•          Es importante verbalizar las emociones y los sentimientos. No siempre expresamos con palabras lo que pensamos, principalmente cuando se trata de cuestiones positivas, pero para mantener una buena relación es fundamental acostumbrarse a decir las cosas. Tanto hombres como mujeres necesitan a menudo comprobar que son valorados por sus allegados.
•          Mirar a tu pareja a los ojos, tomar su mano y simplemente darle las gracias por estar en tu vida es una de las herramientas más poderosas para reforzar los lazos de cariño. Nunca debemos cansarnos de dar las gracias y reconocer con un beso o un abrazo los buenos gestos de los demás.
•          Ser honestos y mantener el compromiso de esforzarse por el bien común ayuda a superar las malas rachas o problemas por los que pueda atravesar una relación. Todo el mundo se merece una segunda oportunidad.
•          Recordar los buenos momentos de vez en cuando ayudará a sacar las fuerzas necesarias para reencaminar una relación si se está pasando por un mal momento. Revivir los episodios más felices da una motivación extra para afrontar los baches y mirar al futuro.
•          Estar disponibles cuando la pareja o amigos lo necesiten y apoyarse mutuamente son dos de los tres pilares de las relaciones amorosas o de amistad. El tercero es la lealtad, por lo que es mejor solventar siempre las dudas de compromiso mutuo.
•          Todo el mundo necesita en algún momento un hombro sobre el que apoyarse. Hay quien piensa que esta necesidad es una señal de debilidad, pero esconderlo sólo complicará las cosas con la gente que te rodea. Además generará inseguridad por parte del propio afectado y desconfianza por parte de las personas que lo rodeen.
•          Es necesario aclarar cualquier cambio en los sentimientos que se profesen hacia los demás. Si surgen las dudas, lo mejor es admitirlo y discutirlo con la otra persona. La conversación es la mejor herramienta para saber realmente lo que se quiere y lo que realmente se espera de uno. 

Bibliografía

Bartholomew, K y L.M. Horowitz (1991). "Attachment Styles Among Young Adults". Personality and Social Psychol. 61:226-244.
-Barudy, Jorge y Dantagnan, Maryorie (2006). "Los Buenos Tratos en la Infancia". Editorial Gedisa. Barcelona: España.
-Cyrulnik, Boris (2005). "Bajo el Signo del Vínculo, una Historia Natural de Apego". Editorial Gedisa. Barcelona: España.
-Lecannelier, Felipe (2009). "Apego e Intersubjetividad: Influencia de los vínculos tempranos en el desarrollo humano y la salud mental". Editorial Universitaria. Santiago: Chile.

-Moneta, María Eugenia (2009). "El Apego, Aspectos Clínicos y PSicobiológicos de la diada Madre-Hijo". Tercera Edición. Editorial Cuatro Vientos. Santiago: Chile.