AFECTIVIDAD, VINCULOS FAMILIARES Y
CARENCIAS AFECTIVAS
Afectividad en la familia
La familia es un grupo de personas formado por individuos que se unen, primordialmente, por relaciones de filiación o de pareja. El Diccionario de la Lengua Española la define, entre otras cosas, como un grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas, lo que lleva implícito los conceptos de parentesco y convivencia, aunque existan otros modos, como la adopción. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
La familia es de suma importancia para
ser humano, ya que los valores aprendidos en la infancia forman parte de la persona
que eres hoy. Es importante forjar vínculos familiares sólidos, es de suma
importancia cuidar que los vínculos familiares no se rompan y se comprenda la
importancia de la familia.
La importancia de la familia lo es todo
para los niños durante su crecimiento, las experiencias que ésta les ofrezca,
formarán su personalidad y carácter. Es por eso que como miembro de familia ten
presente que tienen la responsabilidad de criar a un nuevo miembro de la
sociedad, siguiendo los ejemplos de valores y normas que aprende en su familia.
Los lazos principales que definen una
familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de
un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio, que, en algunas
sociedades, solo permite la unión entre dos personas mientras que en otras es
posible la poligamia, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre
padres e hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden
de un mismo padre. También puede diferenciarse la familia según el grado de
parentesco entre sus miembros.
Si entre padres e hijos existe un buen
vínculo afectivo, que exprese cuidado y respeto, lo más probable es que esos
hijos desarrollen un buen autoconcepto y autoestima, se reconozcan y se sientan
personas dignas de ser amadas, importantes y valiosas, repercutiendo sobre su
desarrollo y sus aprendizajes.
Durante
la niñez y juventud es fundamental sentirnos queridos, valorados, protegidos y
aceptados por aquellas personas que nos son importantes y significativas, en
especial, por parte de nuestros padres, nuestros familiares y por supuesto
también nuestros profesores. Tener un buen vínculo afectivo con nuestros
padres, el sentirnos amados cuando
niños/as, permite que desarrollemos una buena base afectiva, un autoconcepto
(idea que tenemos de nosotros mismos) y una autoestima (valoración que tenemos
hacia nosotros mismos) positiva.
Por eso, uno de los aspectos fundamentales
y de mayor influencia en el desarrollo del niño/a es la calidez y afecto al
interior de la relación padres/hijos,
VINCULOS
Los vínculos son relaciones, o uniones no materiales
especiales que se establecen entre dos personas, por ejemplo en el matrimonio,
la familia, las amistades.
La palabra vínculo proviene del latín vincülum, de
vincire, atar. “Unión o atadura de una persona o cosa con otra”. Entendiendo
así, la manera en que se unen los miembros que integran a una familia. Cabe
mencionar que existen tantas formas de vincularse como familias existen.
Vincular es la acción que implica atar o fundir una cosa con otra.
Los vínculos afectivos son
aquellos "lazos sentimentales" que se establecen con una persona,
animal o cosa, los mismos se manifiestan por medio de abrazos, hablando o
halagando a la persona querida. Estos se manifiestan en la familia o en
relaciones sentimentales.
Los vínculos familiares
se inician y desarrollan a lo
largo de la vida y del ciclo vital, son dinámicos y se reestructuran en una
forma continua; cada uno de estos vínculos es de un estilo particular en el
momento que tenemos a la familia frente a nosotros, pero esto no quiere decir
que “siempre” se han relacionado de la misma forma a lo largo de su ciclo
vital, el estilo de vincularse entre la familia va a depender de múltiples
factores, entre los que se encuentran: las fronteras bien delimitadas entre la
familia nuclear y la de origen, entre los subsistemas conyugal, de padres e
hijos ; que se haya establecido una identidad familiar ; las circunstancias
socio-políticas y económicas de la población donde radican, la situación
laboral de los padres de familia, esto es, el contexto socio-cultural ; las
formas de enfrentar las crisis a lo largo de su ciclo vital, entendiendo por
crisis todo aquello que ha llevado a la familia a tener cambios desde la
estructura interna (roles, reglas, entre otros); la adaptación a cada una de
las etapas de desarrollo de la familia (conformación de la pareja, hijos
pequeños, adolescentes, el nido vacío, vejez de los padres) hasta cambios en
las circunstancias dentro de la familia (muerte repentina, enfermedad crónica
en algún miembro, cambios de residencia, etc.). El significado familiar a cada
uno de los eventos precipitantes de una (s) crisis por la que está o ha pasado
previamente. La conformación delas reglas familiares si son rígidas o
flexibles. El estilo de comunicación tanto verbal como.
AFECTIVIDAD EN LA FAMILIA
La dura realidad que afecta a la familia actual es que el tiempo no alcanza, debido a compromisos, como el trabajo, la escuela y demás actividades que no permiten el convivir, el compartir desde lo afectivo. Es sumamente importante reconocer que desde el hogar, en familia comencemos a construir y dar afectos a nuestras familias, hijos, parejas, nos ayudará a desarrollar la capacidad de amar, el amor se transmite desde el hogar.
La capacidad de amar es resultado del
desarrollo afectivo que ha tenido el ser humano durante sus primeros años de su
vida, mediante un proceso continuo y secuencial que pasa por la infancia,
adolescencia y se posterga hasta la madurez y vejez. El amor en la familia no es algo que se tenga
que dar porque si, este sentimiento tiene dos cometidos fundamentales:
·
Es en el seno familiar donde se deben cultivar
los valores del ser humano, enseñarlo a pensar, a profundizar, a reflexionar,
hacerle ver y sentir que el respeto es el guardián del amor, así como la
honradez, la generosidad, la responsabilidad, el amor al trabajo, la gratitud,
etc. Es ahí en la familia, donde nos invitan a ser creativos en el cultivo de
la inteligencia, la voluntad y el corazón, para poder contribuir y abrirnos a la
sociedad preparados e íntegros. El amor de la familia por tanto debe también
trasmitirse a la sociedad.
·
El amor refuerza a cada uno de sus miembros,
especialmente a los hijos, a que amplíen todas sus potencialidades para que
logren alcanzar lo más cerca posible sus objetivos en la vida: La psicología
afirma que el afecto estimula el aprendizaje y desarrolla la inteligencia
gracias a la sensación de seguridad y confianza que otorga y que se desarrolla
lentamente a través de la infancia, la niñez y la adolescencia.
Para amar a nuestra familia es necesario
atender varios puntos:
·
Es necesario aprender primero a amarse uno
mismo, es el punto de partida para dar amor a los demás. Esto forma parte de un
ciclo, ya que si los padres nos amaron y enseñaron a amar, te será más fácil
después extenderlo a tu futura familia. Pero sin en el hogar hubo un ambiente de despego y
egoísmo, de rigidez, anarquía, pereza, de ostentación, etc. será un poco más
complicado pero no imposible que puedas abrirte al amor, ya que el crecimiento
y la vivencias que vayas adquiriendo a lo largo de toda tu vida, te puede
ayudar a tener una visión diferente sobre este sentimiento y su forma de
expresarlo.
·
El amor conyugal es un modelo de amor para los
hijos que les hace creer y crecer. El amor mutuo de los esposos, se pone como
modelo y norma de cómo deben ser las relaciones entre hermanos y hermanas y
entre las diversas generaciones que conviven en la familia. Recuerde que se
educa con el ejemplo.
·
Ayuda a la familia a desarrollar sus
potencialidades: El que ama y sólo
el que ama, conoce bien a la persona amada, pero no solo en su apariencia sino
también en su interior, conoce "su posible", "aquello que
puede" y "debe" llegar a ser y más aún, le ayuda a lograrlo, a
que desarrolle todas las potencialidades que tiene y que muchas veces ignora.
·
Incrementa la confianza de tu familia a través del amor: La persona
que está en el continuo proceso de formación, es un ser con cierta dosis de
inseguridad. Sin embargo el que se sienta amado le da una fuerza que incrementa
su seguridad. Por lo tanto hay que tenerles confianza a las personas queridas
ya que no sólo es de gran ayuda, sino en muchas ocasiones "vital".
·
Impulsa confianza en tu pareja e hijos,
ayudándoles a que descubran y desarrollen sus cualidades, limitaciones y
defectos; animándoles y aplaudiendo sus logros por muy pequeños que sean,
ayudándoles a que descubran a dónde pueden llevarles sus inclinaciones si no
las dominan y sobre todo, haciéndoles sentir afecto. Para esto necesitas no sólo paciencia,
sino también tiempo.
·
Enseña a tu familia a luchar, el exigir es un ingrediente esencial
del amor. Amar a los hijos no significa evadir todo sufrimiento, amar es buscar
el bien para el ser amado en última instancia y no la complacencia momentánea.
Es posible que algunas veces por amor a tu hijo le estés generando una
frustración pasajera, pero que en realidad lo estará preparando para un futuro
más grande. Por lo tanto el amor necesita disciplina.
CARENCIAS AFECTIVAS EN EL INDIVIDUO
La carencia afectiva o las alteraciones por carencia relacional se refieren a aquellas situaciones en que la maduración de la personalidad del niño se interfiere por la falta grave de estimulación afectiva. En el ser humano no existe la posibilidad de una maduración correcta sin el calor afectivo del amor. Aunque, en cualquier circunstancia, cualquier persona puede sentir no haber amado lo suficiente o no haber sido amado de forma adecuada, la ausencia grave de estimulación afectiva durante la infancia por parte de los adultos, que juegan un rol relacional afectivo importante, provoca la aparición de trastornos, no tan solo de la maduración, sino también síntomas clínicos que se expresan en trastornos somáticos, afectivos y conductuales.
La falta de afecto maternal se caracteriza
por producir en el niño un estado psicológico de avidez afectiva y miedo de pérdida
o de ser abandonado, tanto si ha padecido en la realidad una privación afectiva
de la madre o como si lo ha sentido como tal. Es tal la necesidad de recibir
una señal de afecto que permanece en un cierto estado de búsqueda afectiva, de
necesidad de saturación, que se manifiesta por una actitud de reasegurarse de
la existencia permanente del afecto del otro y así sentirse seguro.
La
carencia afectiva es un mal que afecta a todas las edades, culturas y clases
sociales. La evolución de las personas que manifiestan este síndrome depende en
gran medida de la situación social en la que se desarrollen, pudiendo
establecer unos patrones que definan el comportamiento de estas personas desde
su infancia a la edad adulta.
BIBIOGRAFÍA
Roche, Roberto (2006). Psicología
de la pareja y de la familia: análisis y optimización. Barcelona: Universitat
Autònoma de Barcelona.
Real Academia Española (2001). «Familia».
www.rae.es. Diccionario de la Lengua Española.
Asamblea General de las Naciones Unidas. 1948.
«La
familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a
la protección de la sociedad y del Estado.»
http://www.familianova-schola.com/files/carencia_afectiva.pdf
Romagnoli Claudia y Morales
Francisca (1996) en base al material educativo “Reuniones de Apoderados: Tarea
de Padres y Profesores”, Santiago, Dolmen, 1996.
http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol13_6_09/san16609.html
http://mundoafectivo.blogspot.com/p/la-afectividad-en-la-familia.html
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