Es necesario estar claro en relación a la
espiritualidad, la cual no está relacionada con religión, ni con un tipo de
persona en especial, o alguna etapa de la vida. Sin embargo es muy importante
saber de qué se trata el tema y los beneficios que aporta a las personas que se
relacionan con la misma, en este caso los niños y adolescentes.
Realmente se trata de un tema de gran relevancia
en el proceso de formación del niño y adolescente, el cual trasciende la creencia o tendencia religiosa
de la propia familia; es necesario estar claro que la espiritualidad
no es un asunto que compete a la escuela solamente y, lo que es aún mucho más
importante, al que acudir a esa esencia
espiritual connatural de tu hijo te permitirá encontrar caminos insospechados
de entendimiento y crecimiento para ambos.
Espiritualidad es la capacidad del ser humano de abandonar su
ego y de conectarse genuinamente con la divinidad con su espíritu; puede decirse
que cuando te conectas con tu espíritu, estas Inspirado. Así inspirarse es
conectarse con la esencia divina presente en lo más profundo del ser; es
conectarte con tu alma. Y quien se
conecta con el alma permanece en espíritu: inspirado. A través de la espiritualidad inculcamos a los
hijos lo que sería su marco de ética y conducta personal durante toda su vida.
Bien señalo PATANJALI: “Cuando estas
inspirado… Las fuerzas, las facultades y los talentos latentes cobran vida, y
tu descubres ser una persona mucho más grande de que nunca antes habías soñado”.
El término “espiritualidad” no está ligado
al término “religión”. Espiritualidad significa “honrar nuestra conexión con
nuestra creación y nuestro creador,” dice Patricia McWhorter, PhD, autora del
libro nominado al Premio Pulitzer, Cry of Our Native Soul: Our Instinct for
Creation-Centered Spirituality. Puede Usted tener un credo religioso o no tener
ninguno, pero siempre tendrá momentos de inspiración y conexión divinos. Lo
mismo le ocurre a su hijo, pero incluso con más frecuencia que a Usted.
La espiritualidad es una
dimensión profunda de la realidad y está asociada con un sistema interno de
creencias que le da sentido a la existencia de las personas. Tiene que ver con
la manera en que vivimos la vida, los valores que gobiernan nuestras acciones y
que tanto respetamos y estamos en conexión con ellos. Es bien importante
fomentar y estimular en los niños, una base espiritual, necesaria en mundo
permeado por la inmediatez, el materialismo y el consumo.
La
espiritualidad como componente protector del niño
El ser humano es espiritual, se ha
demostrado a través de las épocas, culturas, que se repiten los patrones de
espiritualidad.
La
necesidad de creer en algo superior que
de sentido, de sentirse parte integral de un todo, de sentirse amado
incondicionalmente, de saber que con esfuerzo y persistencia se alcanzará un
mejor estado, aunque sea en otra dimensión. Igualmente actuar de manera
correcta a través de la bondad, honradez, ser solidario con el otro, practicar la piedad, es lo correcto y da sus
frutos, aunque no se vean de forma inmediata.
Los niños nacen bañados en
confianza ante el mundo, viven el amor incondicional, primario e irracional.
Esto es así por naturaleza, por instinto y por evolución, por lo que lo padres
y maestros deben ayudarles a preservar esta experiencia, mientras se desarrolla
su mente racional, hacerla parte de su vida mientras se desarrolla su mente racional, la cual los
separara de dicha vivencia. Los rituales, oraciones, meditaciones, deben servir
de recordatorios y de facilitadores de experiencias.
De acuerdo con algunos expertos, una
formación que lo acerque a su esencia espiritual, puede ayudar a que el niño
forje su vida a su manera. Tener una base espiritual puede ayudar a los
niños a sobrellevar crisis, resistir a la presión de los coetáneos y evitar
influencias negativas tales como drogas y alcohol, dice Lisa Miller, PhD,
profesora de psicoterapia y espiritualidad en Teachers College, Columbia
University. De acuerdo con la Dra. Miller, estudios han demostrado que una
relación con el Divino, aunque usted define el término, es “el elemento más
protector de los niños.”
La vida espiritual actúa como un elemento protector que estimula
la formación de valores como la esperanza, la fortaleza y la voluntad. Le permite a los niños manejar mejor las dificultades
resistir a la presión de grupo, y evitar influencias que le hagan daño a él o a
otros. En este sentido refuerza las normas sociales positivas y la armonía en
la relación con los demás. Es un gran apoyo en las crisis y constituye una
forma de interpretar y aceptar
constructivamente los eventos que no comprendemos. También es una forma de
tener paz y tranquilidad.
Cómo fomentar
espiritualidad a los hijos.
Es importante estar claros del cómo y
porqué transmitir espiritualidad a nuestros hijos y alumnos, ya que diferentes
estudios en el espacio psicológico han demostrado, los aportes de los aspectos espirituales en la buena estabilidad
emocional tanto de niños como de adultos.
Se está hablando incluso de algún tipo de
inteligencia espiritual que aportaría coherencia y sentido a la vida, con lo
que daría fuerza interior a la persona
para hacer frente a los momentos difíciles y ser más feliz.
La manera de transmitir a nuestros niños y
jóvenes la espiritualidad, recomiendo la siguiente manera, aunque igual existen
muchas que igual serían beneficiosas, sencillamente usted será quien las seleccionará,
tome en cuente los siguientes consejos:
1. Es
necesario que las personas cercanas al niño (madres, padres, abuelos, docentes.),
estén claros en lo que a su propia espiritualidad se refiere, nadie puede
dar lo que no tiene, por ello debemos
revisarnos que hay dentro de no nosotros, buscar información y formación si la
necesitas, recuerda no es necesario practicar ninguna religión en especial,
pero si asistes a alguna iglesia también
ayuda, es importante ser crítico y no permitir que otros hagan de ti según sus
creencias, o caer en fanatismos innecesarios, busca buena información, pide
ayuda a Dios, pide que te guie, así podrás orientar a tu hijo.
2. Conversa
con tu hijo, los niños tienen y muestran mucho interés en estos temas. Eso sí,
sé claro con lo que hables, no inventes cosas, que más tarde, pueden confundir
al niño, o perder credibilidad hacia ti.
3. Comienza
a orar, rezar, o meditar junto con él o ella, hazlo de una manera seria,
respetuosa y enseñare que son momentos para estar con esa presencia suprema,
DIOS. Igualmente enséñale a agradecer, por las cosas que recibe, la vida, la
salud, como la comida, muchas veces es bueno realizar con los niños visitas a
los orfanatos, ancianatos, y si se puede visitar a los enfermos, eso ayuda a
valorar la vida, lo que tenemos.
4. Aprovecha para ver en la naturaleza la
creación de Dios, la cual se debe amar y respetar.
5. Educa
a tu hijo, que se debe realizar con frecuencia los encuentros espirituales
íntimos entre Dios y uno mismo, que el
momento puede ser cuando él lo desee.
6. Hablarle de los valores que se involucran en
la espiritualidad, la fe, el perdón, humildad, solidaridad, tolerancia, entre
otros.
7. Desde
aquí quiero aprovechar la oportunidad para compartir la oración de la paz de
San Francisco de Asís:
Señor,
hazme un instrumento de tu paz;
Donde
haya odio, ponga amor;
Donde
hay ofensa, perdón;
Donde
hay duda, fe;
Donde
hay desesperanza, esperanza;
Donde
hay tinieblas, luz;
Donde
hay tristeza, alegría.
Oh
Divino Maestro,
Que no
busque yo tanto.
Ser
consolado como consolar.
Ser
comprendido como comprender.
Ser
amado como amar.
Porque
dando se recibe.
Perdonando
se es perdonado.
Y
muriendo a si mismo
Se
nace a la vida eterna.
Es importante aclarar, que el contenido de esta oración es universal, cualquier persona con una sana actitud ante la vida puede aplicar estos principios en cualquier momento, no es necesario pertenecer a una religión específica para manifestarlo cuando sea necesario hacerlo.
FUENTES
DE INFORMACIÓN
Monserrat
Laia (2014). Espiritualidad Natural. La educación espiritual de los niños.
Editorial Kairos. Barcelona España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario