domingo, 7 de agosto de 2016

HERIDAS EMOCIONALES






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HERIDAS EMOCIONALES

     El pasado no se puede cambiar, muchas de las decisiones que se  toman no tienen vuelta atrás y no existe el poder para borrar las experiencias que se  han vivido. Sin embargo, se  puede cambiar la visión que se tiene de esos hechos, se puede lograr que dejen de causar daño y, sobre todo, se puede impedir que se conviertan en un obstáculo que  impida seguir adelante.
     En muchas oportunidades, cuando se vive una experiencia particularmente triste, las emociones toman el mando y dificultan pensar con claridad. Ese bloqueo emocional  impide analizar la situación con objetividad, es como si borrase de un plumazo todos los posibles aspectos positivos haciendo que te centres solo en los negativos, lo cual desencadena sentimientos de impotencia, rabia y tristeza.
     De hecho, cuando no se consigue interiorizar las consecuencias de determinadas decisiones o de ciertas situaciones, el pasado vuelve una y otra vez, pero no siempre lo hace a través de recuerdos sino que adopta la forma de miedos, inseguridades y recriminaciones, son las heridas emocionales que tu cerebro todavía no ha cicatrizado.
     Las heridas emocionales son desagradables, duelen y pueden dañar viejos recuerdos que prefería olvidar si no quedaron atrapados en el interior de nuestras células.
     Mientras que las heridas de una lesión física tienden a ser visible a simple vista, las heridas emocionales tienden a ser invisible. Una lesión emocional puede hacer que experimentes uno o varios de los siguientes síntomas:
-           crudeza emocional / sensibilidad (es decir, sensación de un dolor interno que no desaparece),
-           irritabilidad excesiva,
-           baja tolerancia hacia los demás y persistente sensación de tristeza,
-           muy crítico de los demás,
-           falta de confianza,
-           ira explosiva,
-           baja autoestima,
-           retiro de los demás,
-      perfeccionismo (es decir, sensación de que nada de lo que haces es lo suficientemente bueno).
Todos tenemos lesiones emocionales en algún momento de nuestras vidas. Las lesiones que crean nuestras heridas emocionales, sin embargo, se produjeron cuando éramos jóvenes. La relación (o la falta del mismo) que tuvimos con nuestros padres forma nuestro sentido inicial del mismo. Es esa relación que nos enseña quiénes somos y cómo debemos ser en el mundo. Algunos de nosotros tuvimos la suerte de crecer, en un ambiente acogedor. En este caso, es más probable que sea capaz de sanar de las heridas emocionales más rápidamente. Estas lesiones a menudo sólo dejan cicatrices leves.
     Algunos de nosotros no tienen el beneficio de un ambiente acogedor. En cambio podemos tener padres experimentados que eran críticos, emocionalmente y / o físicamente ausente, o incluso abusivos. Como resultado, cuando experimentamos una lesión, a menudo se cura lentamente y no completamente. Esto puede dejar grandes cicatrices y hacer más fácil para que la herida se vuelva a abrir.
     ¿Cómo estas heridas afectan nuestras relaciones?

     Si no hemos atendido nuestras heridas emocionales, van a dictar la forma en que interactuemos dentro de nuestras relaciones íntimas. Podemos hacer algunas de las siguientes: actuar y ponerse a la defensiva, criticar a nuestra pareja, apagado emocionalmente, o llegar a ser verbalmente abusivo. Todas estas reacciones son intentos errados de controlar nuestras emociones. A veces hablar de heridas emocionales puede ayudar, pero otras veces no lo hace.
     En nuestro mundo emocional hay una causa fundamental, o lo que puede dar origen de nuestras heridas. A veces, una herida sucedió muy temprano en la vida que simplemente no se puede recordar la profundidad de la herida con el fin de liberarlo.
     Cómo sanar las heridas emocionales
      Considero que para sanar este tipo de afecciones, es bueno considerar la consulta con un profesional calificado, y no llevar esta carga solos, ya que es difícil y hasta peligroso. Tengamos en cuenta que el profesional se prepara para eso, conoce de técnicas, estrategias que nos ayudaran en mucho.
     El trabajo psicoterapéutico es esencial para sanar al pasado y detectar las vivencias traumáticas o las creencias heredadas que laceran nuestro yo. El principal objetivo de este tipo de terapia consiste en trabajar desde la seguridad de la consulta con las memorias guardadas en tu cerebro de las experiencias que te están limitando en el presente, ya sea consciente o inconscientemente, para poder aceptarlas, tanto desde el punto de vista racional como emocional. De esta forma dejarán de limitar tu futuro.
     Recuerda que lo importante no es lo que ocurrió, sino cómo tú lo vives ahora. El pasado ya no existe, lo que perdura es el recuerdo que guarda tu cerebro, que gracias a la investigación sabemos que nunca es fidedigno. Por lo tanto, no se trata de borrar el acontecimiento de tu mente, sino de que lo puedas integrar de otra forma, de manera que no te dañe. Como nuestro cuerpo cicatriza las heridas para que no nos duela, también nuestro cerebro, nos permite “reprocesar” el dolor emocional.
     Existen diferentes técnicas para sanar las heridas emocionales y sanar el pasado, una de ellas es la hipnosis clínica, posiblemente el terapeuta considere otras que pueda aplicar a tu caso. Sin embargo de las más usadas, es  la técnica especial llamada  “regresión” el psicólogo logrará acceder a tu mente inconsciente para descubrir cuáles son los contenidos que te están dañando. Una vez que detectado el recuerdo, podrás focalizarte en este para modificar tu percepción sobre lo ocurrido y cambiar las memorias emocionales negativas asociadas a ese acontecimiento.
      La hipnosis ericksoniana en particular, también es otra vía para trabajar desde la hipnosis muy eficaz para cambiar las creencias limitantes heredadas y liberarse de los condicionamientos recibidos.
     Otra técnica particularmente eficaz para enfrentar los traumas es EMDR. A través de la estimulación bilateral el cerebro recibe la ayuda que necesita para procesar el hecho en cuestión y archivarlo, pero despojándolo de su carga negativa. Además, en muchos casos la persona incluso logra recordar sucesos positivos asociados al evento que antes no podía percibir.
     Otra alternativa terapéutica para lidiar con el pasado es el mindfulness, una técnica a través de la cual se potencia una conciencia plena y se estimula el procesamiento a nivel de las capas subcorticales. Así podrás asumir la experiencia emocional y, a la vez, liberarte de su impacto negativo.

          La utilización de una u otra técnica deberá valorarse teniendo en cuenta las características del paciente, así como la problemática que presenta y sus preferencias.
     Hay otras posibilidades para mejorar que son  muy eficaces para ayudar a sanar como un adulto.
1. Ejercicio. Intente una práctica mente / cuerpo, como el yoga, pilates, meditación, puede que no sea una sesión de ejercicios físicos como correr, trepar o andar en bicicleta, pero es entrenamiento mental.
2. Nutrición, la comida es la medicina, tiene el poder de sanar su cuerpo. Especialmente los vegetales y hojas  verdes, coles, verduras, frutas y granos.
3. Aceites Esenciales. Se ha demostrado científicamente que algunos aceites esenciales pueden ayudar realmente a los patrones emocionales de liberación.
    Nuestro sentido del olfato tiene acceso al sistema límbico del cerebro que es la base de nuestras emociones.
     La profundidad de las heridas emocionales de cada persona varían de algo que puede parecer tan insignificante como un niño de sexto grado de las burlas en la escuela a algo mucho más graves, como la muerte de un cónyuge o un hijo. Cuanto más profunda es la herida, más paralizado que sientes.
     En ocasiones, muchos de nosotros no hablamos lo que realmente pensamos, sino que nuestras heridas son las protagonistas de todo lo que expresamos.
     ¿Cómo se detectan las heridas emocionales para evitarlo?


Identifícalas por estas acciones:
     Somos agresivos con los demás
     Causamos dolor al otro, con ofensas, malas caras, insultos, devaluaciones
     Perdemos el autocontrol y decimos palabras hirientes lastimando nuestra relación con el otro
     Nos cerramos puertas por ser groseros
     Si esto nos está ocurriendo, sin duda, están hablando nuestras heridas emocionales por nosotros. Así que es necesario destaparla y sacar el veneno aunque duela.
BIBLIOGRAFIA:

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