IMPORTANCIA
DE LAS FESTIVIDADES NAVIDEÑAS PARA REFORZAR VALORES Y VÍNCULOS EN LA FAMILIA.
La navidad es una fiesta religiosa
cristiana, se celebra el 25 de diciembre, fecha en que las iglesias: católica,
anglicana, ortodoxa rumana, y algunas protestantes celebran el nacimiento de
Jesucristo.
Para
el cristianismo, festejar esta fecha implica varias tradiciones. Suele realizarse
un banquetes en la noche del día 24 y se extiende después de la media noche,
hasta el nacimiento (el 25 de diciembre), se arman belenes o pesebres, se
adornan casas con motivos navideños, se adorna el árbol de navidad se cantan
villancicos, u otros cantos alusivos a la navidad, según la costumbre de cada país.
Estas festividades han trascendido lo
religioso y le han añadido otras cosas paganas como excesivos gastos, comidas,
regalos, así como fiestas y borracheras que nada tienen que ver con lo
religioso, convirtiéndola en una fecha materialista.
Navidad es tiempo de espera, compartir, de
reflexión, sobre nosotros mismos, lo que se ha realizado, revisar las metas
alcanzadas durante el año que transcurre,
así como lo que no logramos, compartir con la familia y amistades.
Es
importante destacar que es época
esperadas por muchas personas con ilusión en la que se decora el hogar de
manera especial alusiva a estas festividades, para reuniones familiares ya que forma
parte de tradición en diferentes culturas, son muchas las personas que
invierten su tiempo con mucha anticipación planificando lo que harán en estos días,
seleccionando regalos, arreglando el
hogar, incluso viajando para pasarlo con sus seres queridos que se encuentran
distantes. Otras personas no lo hacen por diferentes motivos, la situación no
es igual para todos, es en estos momentos cuando aflora en muchos individuos la
solidaridad y el compartir con las demás personas.
Esta autora considera: Cuando compartimos
y somos solidarios, también lo disfrutamos y nos permitimos pasarlo bien y
sentirnos conformes con el deber realizado. Es en estos momentos que debemos
celebrar junto al vecino, al amigo, los compañeros de trabajo, entre otros, si
se encuentra solo, busque o reúnase con los feligreses de su iglesia, pero no
se quede solo, cuando estamos lejos de nuestros familiares y seres queridos, no
vale la pena sumergirnos en la
depresión, es momento de crecer, de saber manejar nuestras emociones, tampoco cometer
el error de ahogarnos en el alcohol o hacernos daño, recuerden esos momentos pasan, y debemos continuar la vida, en
nuestros trabajos, estudios, en fin, seguir adelante.
Es lamentable cuando las personas deciden
sufrir, argumentando: es que estoy lejos de casa, de mi familia, de la novia, o
novio, de la pareja que se fue, les recuerdo usted es lo más importante y debe
estar bien, por ejemplo, como su automóvil,
si algo está mal llévelo al mecánico, si se trata de usted vaya al profesional,
en este caso el psicólogo, un asesor u orientador, pero busque ayuda, no
permita que las emociones negativas le afecten. Pasarlo junto a su familia y demás
personas amadas sería lo ideal, pero si ese no es su caso y se encuentra
alejado de ellos, permítase el regalo de pasarlo bien al lado de compañeros,
amigos y otras personas significativas para usted.
En esta época compartir las tradiciones en
familia y transmitir la importancia de
dar y recibir amor, de ser solidarios, de alimentar el espíritu y de disfrutar
de las pequeñas cosas de la vida, se convierten en la mejor ofrenda que podemos
ofrecer a nuestros seres queridos. Es un espacio para renovar la fe en Dios,
amar a los demás, y poner en alto el amor y paz. Para ello es fundamental
compartir con los hijos los valores y enseñarles que la felicidad no solo está
en los obsequios y en los regalos materiales. Lo primordial es disfrutar con alegría y espiritualidad.
Transmita a sus hijos el mensaje de
renovación de fe y la alegría que
acompaña las tradiciones navideñas.
Estas son maneras de cultivar el espíritu
y encontrar felicidad en el interior de cada uno. Reflexionar y orar juntos,
hablar sobre el significado de la Navidad en las distintas tradiciones religiosas,
contar anécdotas sobre la celebración de estas tradiciones en la familia, son
una manera de fortalecer el espíritu navideño. Además, es momento para compartir con las personas
queridas y para dar, no solo para recibir.
Según Paulo Acero Rodríguez, sicólogo
especialista en trauma y resiliencia e investigador de la Universidad Manuela
Beltrán, plantea, la celebración navideña es una ocasión para que los niños
“afiancen su identidad, estima y valía. Y es un tiempo extraordinario que
tienen los adultos para demostrar no solo con cosas materiales, sino afectivos,
qué tan importante es el pequeño para ellos”. Para fomentar este espíritu navideño
en sus hijos, lo más transcendental es el acompañamiento, el ejemplo y el
fomento de actividades lúdicas y religiosas.
El mismo autor señala, “Todas las
culturas y las familias se establecen alrededor de rituales, los cuales generan
identidad y pertenencia en el ser humano”. Cuando un niño se incluye en la
celebración, siente acercamiento y pertenencia hacia su grupo familiar.
Los pequeños que viven la Navidad en
familia fomentan el valor de la solidaridad, la seguridad y la unión. Por
ejemplo, un regalo debe servir para generar valores afectivos basados en dar y
recibir y en compartir con otros niños. También se fomenta la capacidad de
socialización. “Un pequeño que tiene la oportunidad de tener afecto socializa
mejor y es más seguro”, señala el sicólogo. Incluso, en esta época se despierta
el sentimiento de solidaridad.
Marcela Ariza, directora del Instituto de
la Familia de la Universidad de la Sabana, destaca en que la verdadera alegría no requiere de grandes
montajes, que pueden llevar a la saturación mental y al agotamiento físico. También
afirma: “Momentos tranquilos, en grata compañía, vividos con humor y optimismo,
facilitan la expansión del espíritu, dan descanso al cuerpo y traen paz al corazón
del ser humano”. También señala: “es importante aprovechar las festividades
para acompañar a pobres, huérfanos, ancianos y enfermos. Estos momentos jamás
se olvidan y les permiten a los niños demostrar que puede hacer feliz a
alguien, sin necesidad de gastar demasiado”. Por eso, si el niño vive las
tradiciones de manera amorosa, bajo el ejemplo de sus padres, podrá
transmitirles a sus hijos la importancia de vivir la Navidad en familia
Cabe destacar, estas celebraciones en
familia crean vínculos emocionales de amor y la alegría. Así que aproveche para
rescatar, con sus hijos, tradiciones como cantar villancicos, hacer recetas e
intercambiarlas con los vecinos, contar historias de navidad, hacer
manualidades o jugar aguinaldos.
FUENTES
DE INFORMACIÓN